El psiquiatra brasileño Flavio Gikovate decreta la muerte del amor romántico y dice que la vida de soltero es un camino viable para la felicidad.
Aquí transcribo algunos de sus pensamientos publicados por la revista Veja
1. ¿Por qué los matrimonios terminan fracasando?
Casi todos los matrimonios son así: uno es más extrovertido, alocado, de genio fuerte, vanidoso y necesita siempre de elogios. El otro es más discreto, más manso, más tolerante y hace todo para agradar al primero... El primero exige mucho y así, recibe mucho más de lo que da. El segundo tiene baja autoestima y siempre está dispuesto a servir al otro. En nombre del amor, dejan su individualidad en segundo plano. El matrimonio, entonces, comienza a desmoronarse. A mis pacientes siempre les digo: si usted tuviera que escoger entre amor e individualidad, opte por lo segundo.
2. ¿Vivir solo no sería una postura muy individualista?
No hay nada malo en ser individualista. El individualismo corresponde a un crecimiento emocional. Cuando la persona se reconoce como una unidad, y no como una mitad desamparada, consigue establecer relaciones afectivas de buena cualidad.
3. ¿Por qué los casamientos generalmente se dan entre egoístas y generosos?
La idea general en nuestra sociedad es que los opuestos se atraen. Y eso ocurre por varios motivos. En la juventud, no nos gusta mucho nuestro modo de ser y admiramos a quien es diferente de nosotros. Así, egoístas y generosos terminan comprometiéndose unos con otros. El egoísta, por ser exhibicionista, también atrae al generoso, que ve en el otro cualidades que él no posee. Finalmente, nuestros padres y abuelos tienen generalmente relaciones de este tipo, y terminamos repitiendo los errores de ellos.
4. ¿Qué consejos le daría a un joven que acaba de comenzar su vida amorosa?
Que entienda que el amor romántico, a pesar de aparecer todo el tiempo en nuestros films, romances y novelas, tiene los días contados. Ese amor, que nació en el siglo XIX con la revolución industrial, tiene un carácter muy posesivo. Según ese ideal, dos personas que se aman deben estar juntas en todos sus momentos libres, lo cual es una afrenta a la individualidad. Si un joven ya tiene la noción de que no necesita casarse para ser feliz, saltará todas esas etapas que provocan sufrimiento.
5. ¿Cómo será el amor del futuro?
Los relacionamientos que no respetan la individualidad están condenados a desaparecer. En Brasil, el número de divorcios en el año es mayor al de casamientos. Actualmente, muchos hombres y mujeres consideran que se quedarán solos para siempre o ya aceptan la idea de esperar hasta el momento en que encontrarán a alguien parecido, no tanto en el carácter sino en los intereses personales. Si esto ocurre, tendrán placer en estar juntos en un gran número de situaciones. En este nuevo escenario, en el cual hay afinidades y respeto por las diferencias, la individualidad está preservada.
6. ¿Cuando dos personas deciden vivir juntas, la individualidad no sufre un menoscabo?
No necesariamente necesitan vivir juntas. En uno de mis programas de radio, una pareja me preguntó si estaban siendo demasiado audaces por casarse y continuar viviendo separados. Esto se está volviendo cada vez más común. Hay otras tantas parejas que viven juntas pero en cuartos separados. Si el objetivo es preservar la individualidad, no hay razón para avergonzarse. Lo interesante es la calidad del vínculo que existirá entre dos personas. En el primer mundo, ese comportamiento ya es normal. Muchas parejas viven inclusive en ciudades diferentes.
7. ¿Es posible ser fiel viviendo en casas o ciudades diferentes?
La fidelidad ocurre espontáneamente cuando se establece un vínculo de calidad. En un clima así, el elemento erótico pierde un poco su impacto. Por increíble que parezca, esas relaciones son monogámicas. Es algo difícil de explicar, pero es lo que pasa.