martes, 30 de junio de 2009

La carrera

Cuando se cumplen los 16 o 17 años, los jóvenes comienzan a escuchar frases como:
"Tenés que estudiar una carrera que te permita hacer carrera en una empresa".
"Tendrías que estudiar una carrera con salida laboral".
"Ni se te ocurra hacer una carrera que te impida ganar dinero".
Todo pareciera estar ligado a tener que correr; rápidamente y en forma autómata.
Como si se tratara de una acción compulsiva por "tener que llegar a alguna parte".
Justo en el peor momento evolutivo, cuando las hormonas aún están tratando de comprender que ha sucedido en el cuerpo, cuando la identidad es apenas un rasgo incipiente, cuando nada nos gusta demasiado como para dedicarle lo que queda de la vida, uno debe responder a la pregunta:
¿Y vos, que carrera vas a seguir?
La gran mayoría responde para aquietar las aguas de la demanda familiar y social. La respuesta rápida permite escapar a la pregunta condenatoria. Pero lo cierto es que a los 17 años, difícilmente se pueda "elegir" algo para "toda la vida". Por lo menos, no de esa forma.
El problema surge cuando uno deja de correr, cuando deja de focalizarse en la meta (de otros), cuando se aparta del mandato familiar y social, pues allí sobrevienen las verdaderas preguntas:
¿Es esto lo que quería? ¿Esta era la carrera que quería estudiar? ¿Es en esta empresa donde quise estar tantos años? ¿Me gusta mi trabajo?
Preguntas, que ninguno de esos familiares inquisidores y anacrónicos puede responder.
Preguntas, que debieron ser hechas en otro momento y antes de precipitarse a la carrera.
Preguntas, que nos presentan la posibilidad de cambiar y elegir verdaderamente.
Basta de correr. Hay que caminar, darse tiempo, escucharse.
La clave es comprender cuales son nuestros deseos, intereses y necesidades.
Los padres deberían escuchar a sus hijos y ayudarlos a identificar esos deseos (los de sus hijos).
Con deseo y esfuerzo se pueden construir caminos placenteros de vida.
Con presiones e imposiciones sólo se consiguen construir carreras a la nada.
Si hay una carrera que no debemos correr es esa, la carrera que lleva a la nada.
La carrera que nos obsesiona por alcanzar la meta.
Porque quizás la meta no esté al final de la carrera, sino durante el camino y varias veces.

sábado, 27 de junio de 2009

Si el hombre pudiera decir lo que ama (lo diría como Cernuda)

Si el hombre pudiera decir lo que ama,
Si el hombre pudiera levantar su amor por el cielo
Como una nube en la luz;
Si como muros que se derrumban,
Para saludar la verdad erguida en medio,
Pudiera derrumbar su cuerpo,
dejando solo la verdad de su amor,
La verdad de sí mismo.
Que no se llama gloria, fortuna o ambición,
Sino amor o deseo.
Yo sería aquél que imaginaba;
Aquél que con su lengua, sus ojos y sus manos
Proclama ante los hombres la verdad ignorada,
La verdad de su amor verdadero.
-
Libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguien
Cuyo nombre no puedo oír sin escalofríos;
Alguien por quien me olvido de esta existencia mezquina
Por quién el día y la noche son para mí lo que quiera.
Y mi cuerpo y espíritu flotan en su cuerpo y espíritu
Como leños perdidos que el mar anega o levanta
Libremente, con la libertad del amor,
La única libertad que me exalta,
La única libertad porque muero.
-
Tú justificas mi existencia:
Si no te conozco, no he vivido;
Si muero sin conocerte, no muero, porque no he vivido.

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Luis Cernuda, autor de estos maravillosos versos, fue un poeta español y formó parte de aquella prolífica Generación del 27. Sin lugar a duda el gran tema en sus poesías es el amor, pero entendido desde tres ópticas diferentes: 1) El amor no disfrutado pero presentido (entendido más como experiencia literaria). 2) El amor insatisfecho, doloroso o fallido. 3) El amor feliz y pleno, pero breve. ¿Es que existe otro tipo de amor? Habrá que vivir muchos años para descifrar este enigma.

domingo, 21 de junio de 2009

Prevert Porteño

"Millares y millares de años no serían suficientes
Para expresar
Ese pequeño segundo de eternidad
En el que me besaste. En el que te besé
Una tarde a la luz del invierno
En esa esquina vidriada del Palermo
En Buenos Aires sobre la tierra
La tierra que es un astro."
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El poema pertenece a Jacques Prevert, pero cometí el pecado de adaptar el final a mi experiencia. Quién estuvo allí esa tarde de invierno sabe a que me refiero. Nunca jamás olvidaré toda la eternidad que cabía en tus labios y que tan generosamente me regalaste. Allí seguiré estando, esperando ese otro beso, que venga a rescatarme del olvido.

viernes, 19 de junio de 2009

Shhh Silencio


Para hablar del silencio uno debería empezar por callarse, pero esa es una de las tantas imposibilidades del lenguaje que señalara Wittgenstein.

Hacer silencio no sólo es callar. Hacer silencio es aprender a escucharse. Al silenciar el monólogo externo, se inicia el diálogo interno. Y allí comienza el ejercicio de reconocer nuestros deseos no cumplidos, nuestros anhelos, nuestras frustraciones autoimpuestas, nuestros miedos.


Cuanto más hablamos, más nos alejamos de la esencia que nos hace únicos. ¿Cómo puedo ser feliz si lo único que hago es hablar para tapar quien soy? ¿Cómo puedo aspirar a la completud si ni siquiera me escucho a mi mismo? ¿Cómo puedo ser libre si soy preso de palabras que no dicen lo que quiero decir?
Nadie realmente logra saber quien es, pero se puede saber quienes no somos. Callando es como se aprende a oír lo que está dentro. Oyendo lo que está dentro es como se aprende a decir lo que queremos. Diciendo lo que queremos es como se aprende a experimentar la felicidad. Y al ser felices, volvemos a callar para seguir oyendo.

Hay alguien dentro nuestro que quiere hablarnos. Alguien que conocemos hace mucho tiempo. Su voz está oprimida por el miedo y la culpa.

Escuchemos esa voz. Encierra nuestra verdad.


domingo, 14 de junio de 2009

Fotos

Leyendo sobre fotografía descubrí el concepto de Fotos de Difuntos. Se trataba de una práctica que consistía en vestir a un cadáver con sus ropas personales y participarlo de un último retrato grupal junto a su familia y amigos. Las fotos, por ejemplo, mostraban al muerto "cenando" en la misma mesa junto a familiares vivos.
Uno no puede evitar pensar en lo escalofriante de esta práctica, pero lo cierto es que en el siglo XIX la fotografía era una novedad y la gente quería dejar documentado que el difunto había pertenecido a su familia.
Me pregunto si las fotos no son algo que está ligado –de algún modo- a la muerte. Porque toda foto es una foto de lo que no está, del pasado, de lo que ha muerto. La fotografía es, tal vez, el elemento más poderoso para adoctrinar la memoria y el recuerdo.
En días de nostalgia, acudo a los álbumes que encierran imágenes de mi pasado, de ese que fui y ya no soy. Descubro que cada foto se asocia a un aroma, a una palabra, a un gesto, a una música o a una anécdota. Al verla me siento vivo, a pesar que la razón insiste en mostrarme lo que ha muerto. Reconozco que el tiempo ha transcurrido, inevitablemente. Descubro que mis felicidades y tristezas no guardan relación con las de ese entonces.
Allí estoy, mal vestido, con peinados atroces, y cercano a personas muy queridas que ya no están. Mis fotografías están definidas por el semblante de la expectativa y el desconocimiento. Expectativa de un futuro que nunca sucedió y desconocimiento de un presente que no imaginaba.
Mis fotos son un testimonio de lo que he vivido, a pesar de haber muerto varias veces.

viernes, 12 de junio de 2009

Destino Fatal

Hoy leo con pavor la siguiente noticia:
"La semana pasada una turista italiana llegó tarde al aeropuerto de Río Janeiro y tuvo la suerte de perder el vuelo de Air France que cayó al Atlántico y dejó 228 muertos. Pero la vida no estaba de su lado: ayer chocó en Austria y falleció."
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No hace falta morir para darse cuenta que el destino está escrito.
Esta mujer creyó haberse salvado y obtener un pase a la vida eterna.
Confirmó esa falsa creencia de que los que se mueren siempre son los otros.
A menudo encontramos nuestro destino por los caminos que creemos tomar para evitarlo.

jueves, 11 de junio de 2009

Tres Orientales

Conmigo
Un paciente desesperado le dijo al psiquiatra:
-"Vaya adónde vaya tengo que ir conmigo mismo y eso lo fastidia todo!”
(Tanto aquello de lo que huyes como aquello por lo que suspiras está dentro de ti).
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El Zapato
Subió un hombre a un autobús y tomó asiento junto a un joven que tenía todo el aspecto de ser un “hippie”. El joven llevaba un solo zapato.
-“Ya veo, joven, que ha perdido usted un zapato…”
-“No, señor” respondió el aludido. “He encontrado uno”.

(Lo que es evidente para mi no significa que sea cierto).
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Una Vital Diferencia

Le preguntaron cierta vez a Uwais, el Sufí:
-“¿Qué es lo que la Gracia te ha dado?”
Y les respondió:
-“Cuando me despierto por las mañanas, me siento como un hombre que no está seguro de vivir hasta la noche”

Le volvieron a preguntar:
-“Pero esto ¿no lo saben todos los hombres?”
Y replicó Uwais:
-“Si, lo saben; pero no lo sienten”

(Jamás se ha emborrachado nadie a base de comprender intelectualmente la palabra vino).

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Extraídos de "La oración de la Rana" y "¿Quién puede hacer que amanezca? de Anthony de Mello.

miércoles, 10 de junio de 2009

Blog Amigo

Queridos amigos/as,

Los invito a darse una vuelta por http://rokyrokoon.blogspot.com/
Hay mucha vida vivida en ese blog.
Que lo disfruten.

Facebook Catárquico

Es el ápice de la intromisión, la adicción más enfermiza del "on line", la base de datos más perfecta del mundo.
Ahí estamos "todos", actualizando nuestros estados emocionales -minuto a minuto- a través de frases y mensajes directos o subliminales; jugando juegos estúpidos hasta altas horas de la madrugada; flirteando con amores del pasado o del futuro; creando grupos que sólo congregan seis personas; subiendo fotos de todo tipo y en cualquier circunstancia.
El objetivo es advertir a la otredad -como se dice habitualmente en el léxico antropológico- que estamos vivos, que nos pasan cosas, que necesitamos ayuda, que buscamos afecto, que ya lo encontramos o lo perdimos.

"CaraLibro" o "Facebook" es el mejor ejemplo del ego y la vanidad. Uno se entera de todo y de todos, todo el tiempo. Es como salir a tomar algo con tus 225 contactos cada vez que te conectas.
Es un bombardeo intolerable de información y posibilidades.
Muchas veces pensé en borrar todo e irme, pero mi ego fue más fuerte. Y además me enteré de que nadie puede borrarse definitivamente. O sea, todos los que habitamos el mundo virtual de Facebook viviremos en él para siempre.
¿Queríamos la inmortalidad? Ahí la tenemos.
Cuanta realidad había en los libros de Orwell y cuanta ficción hay en nuestras vidas.

martes, 9 de junio de 2009

Erudición Primaria

Todos recordamos a aquel compañero de colegio que nunca podía sacarse menos de diez. Durante mi educación primaria y secundaria en el entrañable Colegio Don Bosco, ese ser se apellidaba Rojo.
Todos los años el colegio realizaba una competencia de eruditos estudiantes sobre la vida de San Juan Bosco, nuestro padre fundador. La misma consistía en memorizar las respuestas de 100 preguntas que podían tocarte al azar. El premio era una medalla o algo parecido.
¿Quién nos representaba allí?
Rojo, el hombre con apellido colorido, quien curiosamente era un buen jugador de fútbol.
Generalmente aquellos que se dedicaban a la memorización de datos inútiles no poseen habilidades notorias en los deportes. Pero el "Toto" Rojo era una excepción.
Con los años de adoctrinamiento escolar, uno llega a creer que los mejores alumnos son quienes sacan las mejores notas. Y convengamos que todo el sistema educacional coopera para desarrollar esa falsa noción en los chicos.
Pasaron los años, varios años. En un asado de ex-alumnos (hace ya unos 3 o 4 años), apareció Rojo. Todos subyugados por la imagen de un hombre casi calvo y encorvado, nos preguntábamos que fue de la vida de aquel ilustre estudiante que tanta diferencia marcaba con el resto.
-"Trabajo en el Correo" contestó el genio.
-"Ah bien, estás en un puesto Gerencial o de Jefatura me imagino, no?" repliqué.
- "No. Soy cartero" sentenció.
Allí estaba el hombre 10, el Bo Derek masculino, el campeón de la causa estudiantil: repartiendo cartas. Las notas no pudieron ayudarlo en la consecución de un mejor destino.
¿Quién falló?
¿Rojo, el sistema educativo, el destino, las oportunidades no aprovechadas?
No lo sé.
No pretendo desmerecer la tarea del cartero, pero si comprender el desfasaje de ese ideal con la cruda realidad.
La única conclusión a la que he llegado es que las notas son mentira, incluidas las que yo he obtenido.
Lo único verdadero es lo que uno puede hacer con lo que tiene para dar y dentro de las posibilidades del destino.
Rojo tenía todas las respuestas, pero terminó el colegio y le cambiaron todas las preguntas.

Piruetas de Amor


Tomo prestadas unas palabras de mi amigo Juan Tonelli. Su blog (altamente recomendable) es: http://www.juantonelli.blogspot.com/


"En los acuarios, las focas realizan piruetas. Tan pronto terminan de hacerlas, el adiestrador las premia con un pescadito. Hacen la pirueta, le dan el pescadito. Los mendigos afectivos son focas. Con tal de obtener algo de cariño, hacen cualquier pirueta. El pescadito es el afecto.
El problema es mas que evidente. Lo sano es que la foca haga las piruetas que tenga ganas de hacer. Y que se provea sus pescaditos. Si se los dan, que sea en forma desinteresada.
Un racionalista podria aclarar que la pirueta es el trabajo de estos mamiferos, y el pescadito es la paga. Si bien este último análisis es correcto, tiene una dificultad; no es extrapolable al amor. Ni siquiera al afecto. Estos son bienes no transables. No se pueden comercializar. No se compran ni se venden. Pero si uno insiste en comprarlos se arruina el producto. El amor deja de ser amor para convertirse en un bien intercambiable. Y la foca empieza a temer que si no hace la pirueta no habra pescadito!!

Hay vida fuera del acuario. Hay que dejar de hacer piruetas."

lunes, 8 de junio de 2009

El amor difícil

- ¿Por qué algunos buscamos a la persona que sabemos nos dará más dolor que satisfacción?¿Por qué siempre hacemos la mas difícil?
-"No, no siempre. Tal vez eso pase mucho cuando uno todavía no maduró. Ojo, se madura viviendo cosas así. Da la impresión de que uno está en ese caso más preparado y deseoso del desencuentro que del encuentro, como si uno buscara en realidad estar solo (o con los amigos) y hablar de ella, pensar en ella, morir por ella, que tener una ella al lado. El enorme prestigio poético de los amores infelices no nos tiene que engañar: amor es el amor realizado y feliz, lo otro no sé cómo se llama pero no es amor. Como no es canción el tema que imaginás y nunca hacés, como no es libro el que nunca escribís ni carrera la que no lográs estudiando. Muchos motivos pueden estar en el origen de esta búsqueda de amores desgraciados, no correspondidos: creer que uno no tiene derecho a la felicidad, no querer crecer (por no querer a su vez vivir los dolores y las separaciones que eso implica), no querer renunciar al mundo de la fantasía y no querer tampoco aceptar que la realidad es como es y no como uno la sueña.
-
- ¿Hay que expresar lo que uno siente por el otro, cuando este no tiene el menor interés? ¿O habría que especular con el silencio para llegar a lograr aunque sea una simple amistad?
-"Es una pregunta de estrategia. Lo cierto es que personas que han empezado sin sentir el menor interés por otra han llegado sin embargo a sentirlo, y de una manera muy intensa. Depende de cada uno y que quiera hacer una cosa u otra. Pero todo tiene sus tiempos: un amor que no se realiza durante años y sigue siendo un gran amor es a mis ojos una mentira. Repito: amor es amor correspondido, lo otro es deseo de sufrir, incapacidad de querer, dificultades para lograr una relación, querer estar solo y querer pensar en el otro pero no tenerlo. También hay que entender que expresar, como vos decís, no tiene que ver con hacerlo explícito, ponerlo en palabras, sino con crear un ámbito donde ese amor se haga posible. Y sí, muchas veces tener paciencia, entender que el tiempo del deseo personal (ya, ya, ya) no es el tiempo de la realidad o del otro, ayuda.
-
- ¿Cuándo entra en crisis una pareja?
- "Una pareja está en crisis cuando pretende seguir siéndolo de manera formal, sin el calor que la fundaba (calor de excitación y calor de intimidad), cuando sus miembros niegan el vencimiento y persisten en el vacío de un sentido ya sólo representado por una unión sin interés, cuando temerosos de lo que pudiera pasar si aceptaran el final prefieren que su vida sea una simulación y no una realidad. Sí, hay crisis tras las que la experiencia renace, es verdad, pero creo que hay que aceptar que si lo hace es porque se adoptó una forma nueva, porque hay una nueva apuesta, distinta, y una nueva experiencia que se inicia, porque se aceptó el fin de una situación y se logró gestar otra distinta.

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Extraido de la página web de Alejandro Rozitchner: http://www.bienvenidosami.com.ar/

viernes, 5 de junio de 2009

1964

1964
(Jorge Luis Borges)
I
Ya no es mágico el mundo. Te han dejado.
Ya no compartirás la clara luna
Ni los lentos jardines. Ya no hay una
Luna que no sea espejo del pasado,
Cristal de soledad, sol de agonías.
Adiós las mutuas manos y las sienes
Que acercaba el amor. Hoy solo tienes
La fiel memoria y los desiertos días.
-
Nadie pierde (repites vanamente)
Sino lo que no tiene y no ha tenido
Nunca, pero no basta ser valiente
-
Para aprender el arte del olvido.
Un símbolo, una rosa, te desgarra
y te puede matar una guitarra.
II
Ya no seré feliz. Tal vez no importa.
Hay tantas otras cosas en el mundo;
Un instante cualquiera es más profundo
Y diverso que el mar. La vida es corta
Y aunque las horas son tan largas, una
Oscura maravilla nos acecha,
la muerte, ese otro mar, esa otra flecha
Que nos libra del sol y de la luna
-
Y del amor. La dicha que me diste
Y me quitaste debe ser borrada;
Lo que era todo tiene que ser nada.
-
Sólo me queda el goce de estar triste,
Esa vana costumbre que me inclina
Al sur, a cierta puerta, a cierta esquina

martes, 2 de junio de 2009

Argentinos

"Ciento cincuenta años después de su creación, el Cabildo logró conseguir una campana."

"Garay detalla: el escudo de armas deberá tener un águila negra, con su corona en la cabeza, con cuatro hijos debajo, demostrando que los cría, con una cruz colorada sangrienta que salga de la mano derecha y suba más alta que la corona, que semeje a la cruz de Calatrava, y la cual esté sobre campo blanco (plata)”. Treinta y cinco años después de las órdenes impartidas por Garay, el primer escudo sufrió algunos desvaríos de la tradición oral: el águila fue un pelícano y sus cuatro hijos se convirtieron en cinco pequeños tucanes. Luego de varios cambios y desaciertos, recién en el año 1923 (a trescientos cuarenta y tres años de su fundación) Buenos Aires logró tener un escudo definitivo."

"Ya en el año 1605 la profesión de maestro no era respetada. No se consideraba un oficio, sino “la labor de quien no tiene nada que hacer”. Francisco de Vitoria dijo en su solicitud de agosto que ofrecía sus servicios por no haber en la ciudad quien lo hiciera, “y por ser una cosa muy conveniente el servicio de leer, escribir y contar, por hallarme al presente desocupado”. De Vitoria, al ser aprobada su solicitud, pidió un adelanto de sueldo: un peso “por los de leer y dos por los de escribir y contar”. Se ignora si el Cabildo cumplió con lo pactado."

"El grupo de los Confederados llevó a cabo, en 1614, el fraude electoral más escandaloso de la época: contaban con el apoyo del gobernador Mateo Leal de Ayala, que dispuso encarcelar a un regidor y al propio escribano del Cabildo y poner en libertad a varios contrabandistas que cumplían condena para obtener así los votos que garantizaran su triunfo en la asamblea."

"Frente al contrabando ningún gobernador era fuerte: cuando Hernandarias no quiso transigir con aquel ambiente fue perseguido, acusado de crímenes que no cometió y condenado por jueces afines a los contrabandistas."

"En el Cabildo del 27 de Marzo de 1753, y ante la constante escasez de verdugos, se discutió “comprar un esclavo ladino para realizar dicho trabajo”. El Cabildo compró al negro ladino Félix. Antes de cumplir los primeros nueve meses en su trabajo, Félix resultó el colmo de los verdugos: fue condenado a muerte por robo."

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Extraído del libro "Argentinos" de Jorge Lanata.
Mi única pregunta es: ¿por qué esperamos que todo cambie algún día?