domingo, 28 de marzo de 2010

Las emociones

Reverenda tontería lo de la inteligencia emocional y sus prácticas escolares para educar las emociones. Estas últimas se generan en el sistema límbico, la zona más arcaica del cerebro y el razonamiento en la zona prefrontal. En cuanto actúa la inteligencia la emoción desaparece, es cierto, pero para que ello suceda la emotividad debe ser lo suficientemente descargada.

No hay emociones positivas y negativas, ni ninguna comprobación de laboratorio que haga predecir que alguien no puede enfermarse en los mejores momentos de su vida ni estar bien físicamente en los peores de ellos. La única emoción dañina es la que no se expresa, y esa energía elige un órgano para depositarse.

Oriente habla de cinco mil emociones, Occidente solo conoce cuatro o cinco, la más famosa es el amor y la más difícil de sentir.

La diferencia entre un sentimiento y una emoción es que el primero perdura en el tiempo y la segunda explota en ese mismo instante.

Reprimirse, excitarse sexualmente y auto-insatisfacerse con una excreción muy parecida a las lagrimas. Sentir felicidad y tener que disimularla para no despertar envidia. Sentir alegría y no poder expresarla ante un interlocutor que se siente mal por otras cosas personales. Sentir humillación y dibujar una sonrisa ante la autoridad. Sentir furia y no expresarla para no perder el modo (es prolijo socialmente, pero es dañino interiormente).

Decir sí por no y no por sí.
Irse, cuando uno desea quedarse.
Quedarse cuando ya no se aguanta más.
Todo eso es lo malo de la emoción. 

Si un hombre pierde el paso y se cae, lo hará hacia el machismo, y no teniendo conductas femeninas. Si una mujer pierde el equilibrio debería recurrir a lo más ancestral de lo femenino y no copiando conductas masculinas. He visto pelearse parejas como dos señoritas o como dos hombrotes.

En una relación ambos están autorizados al desequilibrio emocional, la única condición es
que si se vuelven locos, lo hagan de a uno por vez. Así, uno expresa y el otro contiene. Si alguien cree que eso no se puede, ha cerrado el camino de la convivencia.

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Extraído del Blog del Dr. Hugo Finkelstein.

miércoles, 24 de marzo de 2010

Día de la Memoria (Selectiva)

Hoy celebramos el Día del Golpe Militar para recordar a todos los "compañeros desaparecidos". Es un día para luchar "por la verdad y la justicia". Una jornada para recordar que "los derechos humanos son de todos y para todos".
Para todos los que no vivimos esa época, al menos con una edad suficiente como para comprender el contexto, tuvimos que nutrirnos de las opiniones de nuestros mayores y los libros.
Si bien no hace falta leer o escuchar demasiado para comprender que las acciones perpetradas por las fuerzas militares fueron absolutamente inadmisibles; uno no puede dejar de ejercer un pensamiento crítico sobre la historia e indagar más profundamente en algunos hechos.  

Más allá de las diversas posiciones u opiniones a favor, neutrales o en contra de esta década oscura; mi gran preocupación es la instalación del pensamiento maníqueo como única forma para desentrañar y explicar nuestra historia. 
¿No será un reduccionismo vulgar quedarnos en los buenos y los malos, los asesinos y los idealistas, los justos y los inmorales?
¿No será que ese reduccionismo del lenguaje proviene de un pensamiento poco instruido, limitado, ignorante de su ignorancia y por sobre todas las cosas intolerante?
El maniqueísmo de los adjetivos, nos obliga a elegir entre un bando o el otro.

Hoy es el Día de la Memoria, y ya que estamos me pregunto: ¿cuándo se acordarán nuestros "buenos e idealistas" dirigentes de los argentinos que viven en la más extrema pobreza hace cientos de años?

Parece ser que la memoria sigue siendo selectiva.

martes, 23 de marzo de 2010

Arpa

Martes 17.30 y la calle Florida brinda otro de sus espectáculos magistrales y gratuitos.
Un brillante ejecutor de Arpa deleita a los oficinistas apesadumbrados que intentan escapar a sus domicilios.
Perplejos, se detienen a escuchar el sonido cautivante de este particular instrumento.
Es el bálsamo perfecto para cerrar un día de problemas y dificultades.
Las cuerdas transportan a los presentes a una atmósfera de tranquilidad donde es inevitable caer en la siguiente frase:
- "Como me gustaría tocar el arpa y dejar de trabajar en esta oficina".
El intérprete callejero lo escucha y piensa para sus adentros:
-"No se preocupe amigo, tiene toda la eternidad para tocar al arpa".
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¿Cómo será el cielo de los oficinistas?
¿Y más aún, cómo será el cielo de los que tocan el arpa?
¿Estarán condenados a realizar trámites entre las nubes y reportar a Dios?

Lo cierto es que nadie escapa al arpa, ni a los trámites, ni a los jefes estúpidos.
Ya sea en la tierra o en el cielo, nos llegará nuestro momento.
No hay escape, porque no hay "afuera".

jueves, 11 de marzo de 2010

Tachero

Subo a un taxi a las 8.30 am.
A mitad de camino el conductor enciende un cigarrillo.
Detenidos en la calle Maipú y con la ventanilla baja, observa a un encargado de edificio que también se encontraba fumando.
Lo mira con frontalidad y le dice: "Vamos a quedar como Sandro".
El otro devuelve una mirada cómplice y retruca: "Pero por ahora seguimos regalando rosas".

Ambos ríen como si se conocieran de toda la vida. Comprenden que existe un léxico común y popular que les pertenece.

El semáforo da la luz verde y se saludan con efusividad.
Se alegraron el día, y a mi también.

viernes, 5 de marzo de 2010

Dejar de Hacer

“Sé paciente, no hagas nada, deja de luchar”. Este consejo resulta desalentador y, por tanto, impracticable, porque solemos olvidarnos de que nuestra propia actividad es la que estructura la realidad. Creemos que, si no nos esforzamos, no ocurrirá nada y sufriremos. Pero, quién sabe, la realidad está en movimiento y al cabo de un tiempo, podemos formar parte de ese movimiento. A fin de cuentas, uno no puede saber nada de forma definitiva.

(Paul Goodman)
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No se trata de hacer fuerza para que el destino nos haga un guiño.
No se trata de luchar para que todo cambie algún día.
Debemos invertir ese paradigma mental con el que fuimos educados y que pregona: "Tenés que trabajar duro y sacrificarte para lograr tus metas y objetivos".
Si bien el mensaje es correcto, no debemos creer que la realidad se construye a partir de nuestros esfuerzos y férrea disciplina.
No es así cómo funciona el mundo de lo real.
La realidad se construye porque estamos aquí y ahora, presentes, reales.
La realidad es la capacidad de experimentar lo que sucede.
Hay que dejar de "hacer" cosas para vivir.
Nuestra misión es empezar a "ser"... y algún día podremos decir que hemos vivido.

Soltarse

El budismo tibetano considera los momentos de desconocimiento en los que la mente se libera naturalmente de sus amarras – como ocurre durante el orgasmo, en el momento de la muerte, al entrar en el sueño o al despertar – como oportunidades muy especiales para la realización. Ocasiones en las que desaparecen espontáneamente los velos que impiden el conocimiento y resplandece la luminosidad subyacente de la mente. Pero nosotros nos resistimos a experimentar esa mente en todo su esplendor porque tenemos miedo a soltarnos y porque aventurarse requiere de una confianza que la mayor parte de nosotros perdió en la infancia.
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Nos pasamos la vida evaluando cuanto podemos perder con nuestras decisiones.
Elegimos en base al riesgo y al miedo; dejando de lado la importancia de la experiencia.
Planificamos la vida, pero jamás la experimentamos.
Como dijo un Beatle: "La vida es lo que te sucede mientras te empeñas en planificarla."
¿Cuál es la verdadera vida?
¿La que nos sucede o la que planificamos?

lunes, 1 de marzo de 2010

Sin Solución

El discípulo le dijo al Maestro que se iba a suicidar.

- “Esa no es la solución”, respondió el Maestro.

Poco tiempo después, el discípulo le contó al Maestro que había decidido no suicidarse.

- “Esa tampoco es la solución”, respondió el Maestro.

Unos días después, y algo confundido, el discípulo preguntó:

- “¿Maestro: cuál es la solución?”

- “¿Y quién te dijo que hay solución?”, fue toda la respuesta del Maestro.

Cuento rabínico
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La vida no es algo a solucionar.
De hacerlo, malgastarás la mayor parte de tu vida.
Aprende a estar alegre, aún conviviendo con ese problema que tanto te molesta.
(Extraído del blog "El Pellizco" de Juan Tonelli)