miércoles, 15 de junio de 2011

Vida de Perros

Desayuno en famosa esquina porteña del barrio de Recoleta, mientras observo por los amplios ventanales el encuentro de dos paseadores de perros.
Uno de ellos, acarreaba una decena de canes de diversas razas.
La otra (era paseadora), también sostenía con correas unos doce cuellos caninos.

Apenas cruzaron palabra, uno de los perros del muchacho comenzó a exaltarse y a ladrarle al otro grupo de mascotas. La paseadora separaba a los suyos, mientras un valiente pequinés le hacía frente al gran ovejero chuzeador.

El joven intentaba retener con fuerza al más provocador de sus perros, mientras la muchacha se regodeaba con la ferocidad de su criatura más pequeña. La charla continuó entre ladridos y forcejeos mutuos. Desconozco si llegaron a entenderse en algún momento.

En definitiva, así vamos por la vida: "tirándonos los perros" y conociendo casi a nadie.