A través de los siglos ha habido
hombres que han dado pasos en caminos nuevos sin más armas que su propia
visión. Sus fines eran diferentes, pero todos ellos tenían esto en común: el
paso inicial, el camino nuevo, la visión propia y la respuesta que recibían:
odio.
Ningún creador ha sido impulsado
por el deseo de servir a sus hermanos, porque sus hermanos rechazaban el don
que les ofrecía y ese don destruía la rutina perezosa de sus vidas. Su verdad
fue el único móvil. Su propia verdad y su propio trabajo para realizarlo a su
propio modo.
¿Alguna vez han igualado los actos del egoísmo a todas las
carnicerías perpetradas por los discípulos del altruismo?
No reconozco obligaciones hacia
los hombres, excepto una: respetar su libertad y no formar parte de una
sociedad esclava.
"El Manantial" - Ayn Rand
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Este libro es mucho más que una novela. Se trata de un manifiesto filosófico-social y antropológico que busca oponerse a lo que hemos aprendido durante siglos: el altruismo.
Si se lee con moral cristiana puede parecernos una blasfemia y una incitación al egoísmo y la destrucción de la solidaridad. Error.
Debemos desprendernos de años de adoctrinamiento y moral religiosa para comprender la profundidad de esta filosofía.
Debemos pelear por no ser absorbidos por la tribu (Nietzsche), por dar batalla al status quo, la comodidad, la rutina, la tranquilidad económica, la imitación y la subordinación.
Deseo que el 2013 mucha gente querida pueda romper esa cadena altruista que lo ata a un "deber" divino, a obligaciones morales autoimpuestas, a creencias falsas, a construcciones de autoestima denigrantes o imposibilitadoras.
Estamos en una era donde el potencial debe liberarse y para ello debemos pagar el precio de romper con lo conocido e ir por lo que nos apasiona.
Lo que seguramente aflora al leer estas palabras es miedo.
El mismo miedo de siempre, que durante milenios nos han inculcado para mantenernos a raya. Para no intentarlo, para no ir por ello, para no dar lo máximo.
Si hay una felicidad, probablemente sea la de hacer lo que queremos hacer.
Pero tiene un precio y debemos estar dispuestos a pagarlo.
Pero tiene un precio y debemos estar dispuestos a pagarlo.
De lo contrario debemos conformarnos con alegrías momentáneas y ajenas.
Es hora de dejar de vivir la vida desde abajo o desde afuera.
Seamos protagonistas.