miércoles, 14 de septiembre de 2011

Sueño en Edimburgo

"Antes del alba soñé un sueño que me dejó abrumado y que trataré de ordenar.
Tus mayores te engendran. En la otra frontera de los desiertos hay unas aulas polvorientas o, si se quiere, unos depósitos polvorientos y en esas aulas o depósitos hay filas paralelas de pizarrones cuya longitud se mide por leguas o por leguas de leguas y en los que alguien ha trazado con tiza letras y números. Se ignora cuántos pizarrones hay en conjunto pero se entiende que son muchos y que algunos están abarrotados y otros casi vacíos. Las puertas de los muros son corredizas, a la manera del Japón, y están hechas de un metal oxidado. El edificio es circular, pero es tan enorme que desde afuera no se advierte la curvatura y lo que se ve es una recta. Los apretados pizarrones son más altos que un hombre y alcanzan hasta el cielo raso de yeso, que es blanquecino o gris. En el costado izquierdo del pizarrón hay primero palabras y después números. Las palabras se ordenan verticalmente, como en un diccionario. La primera es Aar, el nombre de un río. La siguen los guarismos arábigos, cuya cifra es indefinida pero seguramente no infinita. Indican el número preciso de veces que verás aquel río, el número preciso de veces que lo descubrirás en el mapa, el número preciso de veces que soñarás con él. La última palabra es Zwingli y queda muy lejos. En otro desmedido pizarrón está inscrita neverness y al lado de esa extraña palabra hay ahora una cifra. Todo el decurso de tu vida está en esos signos. No hay un segundo que no esté royendo una serie. Agotarás la cifra que corresponde al sabor del jengibre y seguirás viviendo. Agotarás la cifra que corresponde a la lisura del cristal y seguirás viviendo unos días. Agotarás la cifra de los latidos que te han sido fijados y entonces habrás muerto."

"Sueño Soñado en Edimburgo"
(Los Conjurados - 1985) 
Jorge Luis Borges
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Solamente en Edimburgo puede soñarse un sueño tan perfecto.
Sólo Borges puede ponerlo en palabras de forma majestuosa.
Borges está en lo cierto; ya todo está escrito para nosotros.
Nunca imaginé estar en Edimburgo, pero aquella palabra estaba escrita en el pizarrón de mi vida. Luego de estar allí, nunca imaginé que volvería. Pero el número de veces que estaré en Edimburgo también ya fue escrito.
¿Cuántas veces más visitaré la ciudad más impactante del planeta?
¿Cuántas veces más volveré a leer este poema?
¿Cuántas veces más soñaré un sueño en Edimburgo?
Sólo el pizarrón de mi vida ostenta el dato, y esa incertidumbre, es la vida.

2 comentarios:

  1. Borges sueña, con imposibles
    Si todo ésta escrito, también está escrito tu gozo o tu hastío
    al ver Edimburgo, o Lima
    Si todo está escrito, están escritas tus decisiones
    y tus sentimientos
    Si todo está escrito eres tan real como el sueño de Borges.

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