sábado, 23 de enero de 2010

El YO no existe

"Si quiero estar seguro, es decir, protegido del flujo de la vida, tengo que estar separado de la vida. No obstante, esta misma sensación de estar separado es lo que me hace sentir inseguro. Estar seguro significa aislar y fortalecer el YO, pero es precisamente la sensación de ser un YO aislado lo que hace que me sienta solo y amedrentado.

La noción de seguridad se basa en la sensación de que hay en nosotros algo que es permanente, algo que se mantiene inmutable a través de los años y los cambios de la vida. Nos esforzamos para asegurar la permanencia, la continuidad y la seguridad de ese núcleo duradero, ese centro y alma de nuestro ser que llamamos YO. Creemos que eso constituye el hombre auténtico: el que piensa nuestros pensamientos, el que siente nuestros sentimientos y el que conoce nuestro conocimiento. No comprenderemos realmente que la seguridad es una quimera, hasta que nos demos cuenta de que ese YO no existe.

La mente dividida se sienta a la mesa y picotea de un plato y de otro, apresurándose sin digerir nada para encontrar uno de ellos mejor que el anterior. Nada le parece bueno, porque en realidad no saborea nada.

Las elecciones suelen ser decisiones motivadas por el placer y el dolor. Y la mente dividida actúa con el único propósito de que el YO experimente placer y no dolor. Sin embargo, los mejores placeres son los que no planeamos. Y lo peor del dolor es esperarlo y tratar de rehuirlo cuando llega. No se puede planear ser feliz. Uno puede planear la existencia, pero en sí mismas, la existencia y la no existencia no son agradables ni dolorosas.

Nada es más creativo que la muerte, puesto que es todo el secreto de la vida. Significa que es preciso abandonar el pasado, que lo desconocido no puede evitarse, que el YO no puede continuar y que en última instancia no puede haber nada fijado. Cuando un hombre sabe esto vive por primera vez en su vida.

Si retengo el aliento, lo pierdo. Si lo dejo ir, lo encuentro."

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"La sabiduría de la inseguridad" de Alan Watts.

Entre la vida y la muerte

Un comienzo de año turbulento, cargado de emociones dispares y de cuestionamientos profundos.

El accidente de Nico cambió nuestras vidas para siempre. La incertidumbre generada por cada parte médico nos hacía caminar por la cornisa de la vida. Todo podía pasar. No había una sola seguridad de la cuál aferrarse.

Cuatro días de una enorme labilidad emocional, pasando de estados de profunda tristeza y depresión a la euforia más incomprensible. El cuerpo de Nicolás peleaba por aferrarse a la vida y el nuestro también.

Cuando una persona tan cercana, tan querida y tan noble recibe un impacto de esta naturaleza; su grupo de pertenencia pierde el rumbo. Ese "no rumbo" nos alejó de lo que llamamos "problemas" o "frustraciones". Descubrimos que la vida es un segundo: éste. El futuro es una ilusión de la cual nos aferramos para no pensar en la muerte.

Nos creíamos inmortales hasta que Nico tuvo el accidente. Pero ese lunes de Enero nos reconocimos mortales, finitos, corruptibles. No hay escape, no hay control posible sobre el propio destino, ya todo está escrito.

Nico luchó como un gladiador combatiendo solo contra los leones del ocaso. Y los venció.
Ese momento nos colmó de felicidad pero también de preguntas, de resignificaciones, de replanteos.

No estamos preparados psicológicamente para hacer frente a la incertidumbre. Nuestra mente está educada para vivir en la seguridad, en el 2 + 2, en la lógica, en lo esperable.
Pero nada ni nadie está seguro en este mundo de sucesos aleatorios. Aunque hagamos todo bien, siempre existe una variable que no podemos manejar y es la que nos quita la certidumbre.

¿Quién sabe qué es lo correcto, lo adecuado, lo indicado para uno?
¿Quién puede decirnos cómo hacer las cosas para no fallar?
¿Quién tiene el poder de saber que tomando determinadas decisiones evitaremos el dolor?
Nadie.

Cuando descubrimos que estamos viviendo entre la vida y la muerte todo el tiempo, entonces llegamos a tomar noción de lo verdaderamente importante. Ese "mañana lo hago" o "después veo"; denota un enorme grado de soberbia. Es esa equivocada idea de que uno controla el tiempo y todo lo que le sucede.

Nico nació de nuevo y nosotros también como grupo. En esta nueva vida tengo clarísimo que no hay seguridades, ni una sola. No tengo ningún tipo de control sobre la realidad, porque la realidad es por sí misma y no me necesita. No existe lo correcto o lo indicado, sólo existe lo que tiene que pasar.

¿Qué hacer entonces?
Vivir más desde el corazón y menos desde la cabeza.

miércoles, 6 de enero de 2010

Freud y la elección de pareja

Dijo Freud: "La elección de una pareja se basa en la relación con uno mismo. Se ama lo que uno es en si mismo; lo que una ha sido; lo que quisiera haber sido o a la cualidad que uno quisiera tener". 
 
¿Sabemos lo que somos, lo que fuimos y lo que quisiéramos haber sido?

¿Sabemos cuál es aquella cualidad que quisimos tener?

Si lo sabemos, comprenderemos por qué amamos a quien amamos.




martes, 5 de enero de 2010

El Amenazado

Es el amor. Tendré que ocultarme o huir.
Crecen los muros de su cárcel, como en un sueño atroz. La hermosa
máscara ha cambiado, pero como siempre es la única. ¿De 
qué me servirán mis talismanes: el ejercicio de las letras, la
vaga erudición, el aprendizaje de las palabras que usó el
áspero Norte para cantar sus mares y sus espadas, la serena 
amistad, las galerías de la Biblioteca, las cosas comunes, los
hábitos, el joven amor de mi madre, la sombra militar de
mis muertos, la noche intemporal, el sabor del sueño?

Estar contigo o no estar contigo es la medida de mi tiempo.
Ya el cántaro se quiebra sobre la fuente, ya el hombre se levanta a
la voz del ave, ya se han oscurecido los que miran por las
ventanas, pero la sombra no ha traído la paz.

Es, ya lo sé, el amor: la ansiedad y el alivio de oír tu voz, la espera
y la memoria, el horror de vivir en lo sucesivo.

Es el amor con sus mitologías, con sus pequeñas magias inútiles.
Hay una esquina por la que no me atrevo a pasar.
Ya los ejércitos me cercan las hordas.
(Esta habitación es irreal, ella no la ha visto).
El nombre de una mujer me delata.
Me duele una mujer en todo el cuerpo.

Jorge Luis Borges,
"El Oro de los Tigres"
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Nos hemos ocultado o huidohemos medido nuestro tiempo en base a la ausencia del ser amado, hemos experimentado el horror de vivir en lo sucesivo, nos hemos dejado influenciar por las magias inútiles del amor, nos ha dolido una persona en todo el cuerpo.

Lo hemos vivido, lo sabemos, lo sentimos.

Borges sólo se ocupó de escribirlo y a los 71 años.

sábado, 2 de enero de 2010

Faccia Bruta

Revolviendo papeles de mi abuelo, encontré un artículo que salió en Clarín el 20 de Octubre de 2003 en la sección: Personajes del Crimen: Bruno DeBella "Faccia Bruta".
Luego dice: "Un violento sin límites. Fue anarquista, pero lo marginaron por sus crímenes. Entonces armó su propia banda. Su apodo era el de Faccia Bruta y estaba grabado en una de sus pistolas. Había nacido el 16 de Abril de 1904 en Calabria, Italia. Cuando tenía 20 años se unió al anarquismo y en 1929 intentó matar en dos ocasiones al dictador Benito Mussolini. Pero el hecho que lo marcó a fuego ocurrió a comienzos de 1930: su hermana fue asesinada por un policía durante una manifestación. Juró venganza y cumpió. En mayo de ese año, mató al policía. En Septiembre de 1930 asesinó al cónsul italiano en Francia y tuvo que escapar hacia Montevideo. Allí, se unió al grupo de anarquistas expropiadores. Luego asesinó a un comisario, robó un frigorífico y asesinó a dos empleados. La policía uruguaya le puso precio a su cabeza y debió escapar a Argentina. En 1933 se fue a Rosario y armó su propia banda. En pocos meses asaltaron una decena de comercios con muertos en cada ataque.  Fue detenido por el crimen de otro pistolero, el célebre Blanco Fernández. En 1934 fue asesinado a puñaladas por un grupo de presos dentro de una cárcel rosarina."
Más allá de las atrocidades cometidas por Bruno, siento un gran orgullo de que alguien de nuestra familia y con nuestro apellido haya tenido las pelotas para intentar asesinar al Duce. Al mismísimo Benito Mussolini.
¿Qué hubiera sido de Bruno si lograba matar al Duce?
¿Cómo habría sido la historia del fascismo en Italia?
El accionar de un hombre puede cambiar la historia del mundo.
Bruno lo intentó, pero no pudo.