lunes, 20 de julio de 2009

La Decadencia de la Amistad

En el barrio de Flores existió una agencia destinada a ofrecer amistad a los solitarios. Fue la celebre “Proveeduría de Amigos de Ocasión”.

Tenían amigos silenciosos, dispuestos a escuchar cincuenta veces la historia de una operación. Amigos complacientes, siempre amables y elogiosos. Amigos efusivos que saludaban con abrazos y se despedían a los gritos. Amigos divertidos, eruditos en cuentos picantes y expertos en bromas pesadas.

También se prestaba un servicio un tanto oneroso, especialmente para personas encumbradas. Consistía en el alquiler de una cohorte de adulones que acompañaban al cliente a todas partes, se reían de sus chistes, aplaudían sus ocurrencias y suscribían con entusiasmo cualquiera de sus pensamientos.

Un asunto que molestaba a los clientes era el rigor de los Amigos de Ocasión en sus horarios. Cuando vencía el plazo estipulado, se terminaba la amistad. Sin saludar, los contratados daban media vuelta y se iban, muchas veces interrumpiendo una carcajada o librándose bruscamente de un abrazo fraternal. Sin embargo, hay que admitir que algunos aspectos del funcionamiento de la proveeduría eran bastante nobles.

Por ejemplo, la Sección Niños permitía que los padres eligieran a los amigos de sus hijos, sin correr riesgo alguno. Para ello se contaba con un numeroso plantel de chicos e incluso enanos, adiestrados en diferentes actitudes. Según el gusto paterno, podían encontrarse pibes atorrantes para avivar a los pequeños pelandrunes, niños estudiosos para estimular a los adoquines, y criaturas educadas y juiciosas para serenar a los más piratas.

Asimismo existía un departamento para Damas, con un amplio surtido de chimentos. Algunos malintencionados decían que las mujeres no contrataban amigas, sino enemigas, pero ese es otro asunto.

El fracaso mas estruendoso fue el de la sección Amistades Mixtas. Nada cuesta razonar que los caballeros que solicitaban amigas escondían casi siempre otras intenciones. No se espante el lector pensando que nos internaremos en un tema tan manoseado como el de la amistad entre la mujer y el hombre. Vale la pena -eso si- recordar lo que dijo Manuel Mandeb a una amiga suya, tal vez alquilada en la proveeduría.
-“Vea. Yo puedo ser su amigo si usted quiere. No tratare de seducirla ni mepondré romántico ni le haré propuestas indecorosas. Pero sepa que yo necesito que exista un amor potencial. Me resulta indispensable que exista una posibilidad en un millón de que algo surja entre nosotros. Le aclaro que es probable que si se da esa circunstancia yo salga corriendo. Pero es únicamente en virtud de esa remotísima chance que yo estoy aquí oyendo su conversación como un imbécil.”

Los Hombres Sensibles nunca fueron buenos clientes de la agencia Amigos de Ocasión. Quizás porque sus presupuestos eran muy humildes. O a lo mejor porque les gustaba que los quisieran gratis. En cualquier caso, los muchachos del Angel Gris tenían un criollo pudor en estas cuestiones. Para ellos andar declarando públicamente el grado de amistad que sentían por alguien era cosa de afeminados.

Manuel Mandeb pasaba largas horas en la esquina de Artigas y Morón fumando con Jorge Allen, el poeta. Muchas veces ni se hablaban. Se contentaban con saber que el otro estaba allí.

Ya en su última etapa, la proveeduría empezó a ofrecer viejos amigos. En un principio la idea consistía en rastrear -a pedido del cliente- el paradero de personas ausentes y lejanas. Pero como advirtieron que la tarea era demasiado complicada, resolvieron que era más fácil inventar antiguas amistades que rescatarlas del pasado. Se preparo entonces un magnifico grupo de viejos mentirosos que ante la entrada de algún candidato de cierta edad, fingían reconocerlo y le soltaban cuatro o cinco recuerdos para ir tomando confianza.

Esta sección trabajaba mucho en las cenas anuales que suelen realizar los ex-alumnos de los colegios. Su misión consistía en ir reemplazando a los fallecidos y mantener siempre firme la concurrencia. Así, en cierta reunión de egresados del Colegio Nacional Nicolás Avellaneda, promoción 1921, se dio el curioso caso de que ninguno de los asistentes había pisado jamás ese establecimiento, lo que no les impidió evocar a profesores, reírse de pasadas travesuras y brindar por encuentros futuros.
Con el tiempo, la actividad de la agencia fue amenguando. Contribuyó a este hecho cierta mala prensa que siempre tiene la amistad entre los espíritus escépticos.

En Flores, y en todos los barrios, se contaban leyendas sobre las traiciones de los amigos y sobre las ventajas de la soledad. Todavía en nuestro tiempo hay personas que se complacen en declarar que los perros son mas leales y sinceros que los humanos.

Cabe sobre esto una pequeña reflexión.

Tal vez sea cierto que los perros no traicionan. Pero esto no es en realidad una virtud del animal. Ocurre simplemente, que la módica organización mental del perro le impide realizar procesos tan complicados como una estafa. Es decir: los perros no pueden traicionarnos, por la misma razón que no se les permite escribir novelas.

Hoy cuando ya no existe la Agencia Amigos de Ocasión, vale la pena preguntarse si no será necesario inventar algo para reemplazarla. Será difícil, desde luego. Nadie podrá rescatar a los amigos perdidos. Pocopodrá hacerse para librarnos de los desconocidos que llenan nuestro tiempo. En todo caso, cada uno de nosotros deberá cuidar lo poco que tenga sin componer canciones ni escribir poemas. Se trata únicamente de sentarse un rato en la vereda o de matear en silencio con los que están más cerca de nuestro espíritu.

Si uno no tiene ya a los de antes, cabe decir que tal vez existen en el mundo amigos viejos a los que todavía no conocemos. Yo mismo, las otras noches resolví salir de mi encierro y lleno de ilusiones me encamine a cierta esquina que conozco. Tenia ganas de fumar en silencio junto a tres o cuatro sujetos que se estacionan en ese lugar .Pensaba además cosechar algún guiño amistoso después de estos años en que estuve tan ocupado.

Pero algo raro debe haber sucedido, porque no había nadie.
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El texto es de Alejandro Dolina y se encuentra en su libro fundamental: "Crónicas del Angel Gris".

2 comentarios:

  1. El 20 de Julio de 1969, un hombre pisó, por primera vez, el distante suelo lunar. La especie humana se aventuraba con éxito más allá del planeta que nos vio nacer...

    Enrique L. Febbraro, Doctor en Odontología y Profesor de Historia y Ética, se sintió motivado a homenajear el trabajo de tantos seres humanos para emprender semejante desafío. La llegada del hombre a la luna simboliza los esfuerzos de la humanidad toda para extender las fronteras más allá del horizonte visible. El 20 de Julio era pues, una buena fecha para conmemorar la AMISTAD.

    La amistad es un vínculo delicioso, que nos permite construir y lograr mucho más de lo que podríamos individualmente. Armstrong dijo al llegar: "Es un pequeño paso para un hombre, pero un gran paso para la humanidad".
    La amistad puede ser una suerte de suma, en donde el resultado supera las previsiones.
    Me pareció oportuno e interesante conciliar el significado que me despiertan ambos temas, más aún teniendo en cuenta la elección en la identidad de tu Blog. Ameritaba tener su espacio, no? Y cuánto más por hacer honor a su nombre el mismo día que se conmemoraba…lunes. Curioso, lindo!

    Algunos sostienen que tal echo nunca sucedió, a mi gusta la idea de pensar que el hombre sí llegó hasta ese infinito, que alguien por nosotros, tocó la luna con las manos. En mi realidad me animo a confesar que a la mía ese hombre ya llegó, instalándose por siempre para compartir juntos el resto de la eternidad.

    Aca, va algo para no dejar pasar desapercibido este suceso,

    “Ella, la manoseada, la ofendida lámpara silenciosa,
    cómplice de ladrones, poetas y arrecifes.
    Ella es la que nos mira desde sus pálidas colinas
    y de la alucinante soledad de sus cráteres,
    polvo de islas muertas, piel de arenas suicidas
    y trozos de cometas antaño sucumbidos.
    Su historia es nuestra historia, y su medida
    sólo cabe en el sueño de los niños queridos.
    Cuando allá llegue el hombre quizá ella descubra
    el mundo que él encierra, y que tal vez la muerte,
    esa otra luna, en su instancia conozca, y se lo calle.”
    Raúl González Tuñón
    Besos!! L-y

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  2. Que hermoso comentario Lan Ying, gracias nuevamente por pasar dejar tu sensibilidad y sapiencia.
    Aun le debo al blog mi escrito sobre el día en que el hombre supuestamente llegó a la luna. Algunos inconvenientes personales me alejaron de la escritura estos días, pero pronto estará ese merecido artículo.
    Es muy buena la relación que hacés entre la luna y la amistad, creo que es una linda forma poética de vincular ambos conceptos.
    Qué decir de la poesía del gran González Tuñón?
    Simplemente soberbia.
    Espero que la bandera que hayan plantado en tu luna sea la de la amistad y el amor eternos.
    Un saludo
    Diego

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