
¿Por qué? ¿Por qué lo que fue
hermoso, cuando miramos atrás, se nos vuelve quebradizo al saber que ocultaba
verdades amargas? ¿Por qué se oscurece el recuerdo de unos años felices de
matrimonio cuando nos enteramos de que el otro tuvo un amante durante todo ese
tiempo?
¿Acaso porque en semejante situación
no se puede ser feliz? Y, sin embargo, ¡éramos felices!
A veces un final doloroso hace que el
recuerdo traicione la felicidad pasada. A lo mejor es que la única felicidad
verdadera es la que dura siempre. Porque sólo puede tener un final doloroso lo
que ya era doloroso de por sí, aunque no fuéramos conscientes de ello, aunque
lo ignorásemos.
Pero un dolor inconsciente e ignorado
¿es dolor?
¿Será eso lo que me entristece? ¿El
celo y la fe que me colmaban en aquella época, mi empeño en arrancarle a la
vida una promesa que de ningún modo podía cumplir?
A veces veo en las caras de los niños
y los adolescentes el mismo celo y la misma fe, y los veo con la misma tristeza
con que recuerdo los míos. Esa tristeza, ¿no será la tristeza pura? ¿Es eso lo
que nos sobreviene cuando, al mirar atrás, los recuerdos hermosos se nos
vuelven quebradizos, al ver que aquella felicidad no se alimentaba sólo de la
situación del momento, sino de una promesa que no se cumplió?
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Bernhard Schlink - "El Lector"
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