sábado, 9 de abril de 2011

Soledad

"Todo el mundo sabe que se alivian los males sufriéndolos en común. Entre esos males, los hombres parecen enumerar el tedio y por eso se agrupan a fin de aburrirse en común. Así como el amor a la vida no es, en el fondo, más que el miedo a la muerte, así también el instinto social de los hombres no es un sentimiento directo, es decir, no se funda en el amor a la sociedad, sino en el temor a la soledad.
Porque no es precisamente la afortunada presencia de los demás lo que se busca; se huye más bien de la aridez y la desolación del aislamiento, así como de la monotonía de la propia conciencia.
Para evitar la soledad toda compañía es buena, hasta la mala.
Cuando uno se ha acomodado a la soledad y se ha endurecido contra la impresión primera que produce, de manera que no siente esos efectos que hemos señalado antes, entonces se puede tranquilamente estar siempre solo.
No se suspirará más por el mundo, precisamente porque no es una necesidad directa y porque se ha acostumbrado uno en lo sucesivo a las propiedades bienhechoras de la soledad."
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"Eudemonología" de Arthur Schopenhauer.

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