"Luego de más de quince años de matrimonio una noche ensayaron una novedad: intercambiar los lados de la cama donde dormían. Así, no sólo durmieron en geografías diferentes, en donde las luces, los ruidos y las texturas cambiaban, sino que también llegaron a soñar los sueños del otro. Fue toda una noche en la que se enteraron de las imágenes, deseos y secretos que ocurrían al otro lado de la cama. Al otro día, de común acuerdo, comenzaron los trámites de divorcio." Diego Golombek.
Excelente moraleja, esto nos indica que nadie debe tomar el lugar del otro y que la pareja debe tener sus sueños y sus sensaciones por separado, lastima que se divorciaron, se ve que habia otros problemas mas profundos sin resolver
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