sábado, 21 de marzo de 2009

El Verdugo

“El verdugo, ansioso, afila su hacha brillante con ahínco, sonríe y espera. Pero algo debe vislumbrar en los ojos de quienes lo rodean, que petrifica su sonrisa y se llena de espanto. El Heraldo se acerca al galope y lee el nombre del condenado, que es el verdugo.” (Diego Muñoz Valenzuela).

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