Cuenta Abelardo Castillo (no se pierdan sus Cuentos Completos) que cuando era joven solía ir a un taller literario para aprender sus primeras armas como escritor. En una de sus producciones tempranas comenzaba un cuento con la siguiente frase: “Un sujeto deambulaba por el sendero…”
Al leer esto su maestro le dijo:
-“Es un comienzo horrible. ¿No era más fácil decir "Un hombre camina por la calle...?”.
Como todo joven y herido en su ego, Castillo contestó:
-“No me importa que sea horrible, porque ese es mi estilo y punto.”
El maestro lo miró, se acodó sobre la mesa y sentenció:
El maestro lo miró, se acodó sobre la mesa y sentenció:
-“Abelardo, antes que tener estilo hay que aprender a escribir”.
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